Visitas

21.6.11

Paseos

Acabo de pillar
un gran pellizco,
sigo lamiendo
el filo extremo
construyendo
un redondillo
abismo
gélido
de grandes
trozos verdes
y vírgenes.

Gérmenes
colocantes
que desestresan
y satisfacen.

Ahora
estoy viendo
mi paseo
desde la atura
de mis ojos:
chustas
de porros
de distintos
tipos
por todos
sitios,

amargadas
arrastrando
a sus hijos
al maléfico
internado.

He visto un bar
en el que está
tomando café
un chaval
cantándole
a su novia
un poema
a la oreja,
y el dueño
pidiéndoles
fuego
o una cerilla.

Las hendiduras
de la acera
por debajo.

El calor
de mi hoguera,
de mis camaradas
y de mis
zapatos,
pues llevamos
andando
un buen rato,
bolígrafo
en mano,

garabateando.
Preparando
al lector
de mi blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario