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28.8.11

Motorización

Si ningún coche se aproxima
cruzo sin mirar atrás.

Mañana será otro día,
y si hoy si pasan,
les hago la zancadilla.

Cuando yo conduzca
la tierra menguara,
y los pasos por dar
para llegar a cada altar,
serán menos desde mi casa.

Los aspersores riegan,
el taxista trabaja,
y el tiempo pasa,
y sigo sin mirar atrás;
y las cosas envejecen y mueren
mientras yo funciono excelente.

Situación

Terrazas de bares,
o sofales,
serán mis lugares
de locuciones verbales
para guiarme
y no perderme
por el curso del viaje,
por el que el destino
me dejó en la estación
del sufrimiento,
y la nula posesión
de influencia ni valor.

Del comienzo, es ahora,
la construcción
de mi bastión:
la sabiduría, cultura,
y control,
de mí, y mi alrededor,
será la llanura
de mi emplazamiento,
y el terreno es extenso.

1

No me gusta insultar si no es preciso,
pero tengo experiencia en hacerlo.
En mi soledad practico y lo aplico,
quedándose en tu frente el gargajo,
cuando cojo el micro, ¿de acuerdo?

Con esto solo te advierto,
que utilices tu respeto,
tu corazón y tu cerebro,
y en la conversación, el diálogo,
será digno de exposición.

Siempre que estoy escribiendo
recorro el entorno con los ojos
a ver si encuentro por mi alrededor
algún color o forma que me sirva
de fuente de inspiración,
pero la podredumbre de mi pobreza
ennegrece la alegría de mi ambiente
y se fugan los disparos del cerebro.

Esta mierda la escribí con diecisiete,
asegurando calidad en mi futuro,
pues los retortijones cerebrales
que te produce mi ego armónico
deberían presentarte los rasgos
de mi escritura y conversación.

Todos los aquí presentes
me proporcionan el honor
de estrenar mis dientes
ante este micrófono,
y se agradece.

Mi gran insistencia
es señal de las ganas
que tengo de enseñártela,
meterla por tu oreja,
y en tu cerebro, salpicar,
de poesía, tus venas,
provocando, en ti, sonrisa;
nena.

La felicidad se cubre
con cada instante lúgubre
para tu mala suerte,
y la profecía se cumple
al encontrarte el billete,
de ida hacia la muerte,
premiando tus vivencias
con sentido y madurez,
y haciéndolas aptas
para divertirte siempre.

Si acabas de descubrirlo, es tarde,
pero al darte cuenta, consumaste;
si lo sabías, has de recordar que:

Empiezas a jugar con el mirar,
con el cuerpo y el conversar,
y tus intenciones danzan
con tus ideas y tu personalidad;
pero cuando te das cuenta
de que para el pasado es tarde,
y dejas atrás la dependencia,
de tu control y arte haces alarde.

Sales a la calle sonriente
enseñando encías y caries,
desprendiendo un gas que
huele a libertad y curiosidad;
y controlas con tu mente,
tus verborreas y trápalas.

Así eliges que sea tu imagen
y tu compañera, la soledad.

Yo creo vapor con mi piel
que corroe tu cuero, hasta ver,
tú, con tus ojos, tu destino,
ante mi llama de ego liberado,
el peor de los cataclismos.

Quiero montar en triciclo
y realizar un gran descenso
hacia el trasfondo de la vida
para conocer su fin y su final,
finalidad que finaliza el filo
de la misma realidad
y te convierte en un loco,
o en un sabio, según sea,
de tu alma, la esencia.

Conjuntos y sigilosos,
actuamos coordinados,
fluyendo furtivos,
curando a los perdidos,
por debajo del fondo
de lo aceptado o permitido,
implacables y sin freno,
siendo, el remedio, el amor
al pensamiento propio
alcanzando, así, el cielo.

Yo también guiño y abanico,
con mis pestañas, tus nervios,
y te pido así un beso o un abrazo,
dependiendo de tu listón
de grado de acercamiento
hacia el calor y olor humanos.

Follar más que un pingüino
es mi gran consuelo,
pero si salgo a mi camino,
no hay ningún tropiezo,
y cuando me pongo y rimo,
resquebrajo los subsuelos,
cual machota al rojo vivo;
o coloreo párpados negros,
abusando de mi imaginación.

Nunca cesa mi caminar,
ni con estas agujetas.
Mis pasos de un milímetro
recorren lustros enteros
alrededor de tu corteza
hasta que llego a la puerta,
y cuando toco el timbre,
llega la fase de aterrizaje.

8.8.11

Tiempo

Hola, soy Hoy.
mañana seré pasado,
pero también soy
el mismo de ayer.

Sólo he pestañeado
y el sol volvió a crecer.
Tacho del calendario
los días de tres en tres.

El reloj de arena se ha volcado
y no están comunicados
los mares del futuro y del pasado:
sino al mismo nivel,
y yo no distingo bien
si está pasando el tiempo
más lento, o más rápido.

Solo espero tumbado
dentro de mi ataúd
hasta que el minutero
haya girado hasta el tramo
en el que puede pasar luz.

El sufrimiento alarga el tiempo,
y no me sienta bien mi cuerpo;
tengo que llegar lo más rápido
para desabrocharme el cinturón.

Seduciendo

Si vienes o si te quedas,
es cosa tuya y tu problema.

Cuando te hable, me escuchas,
por que mi saliva adhesiva,
con la energía de mi ira,
y a través de mi rimas,
vale más que tu camisa,
y to lo que llevas encima.

Si estás en mi contra
eres mi víctima,
y si eres mi amigo fiel
te dedico esta poesía
para que la engullas
y tragues hasta la piel.

Como un perrete obedezco
si alguien me aconseja
algún tipo de verso:
saco punta y te lo clavo
perfecto, como en un cuaderno
repleto de versos perfectos,
completando espacio blanco.

De rallas o cuadrados, yo paso,
yo sigo mi instinto trazando
cada renglón por su asignación
de espacio adecuado del cuaderno:
sólo por donde yo quiero.

Formo formas frontales
en la frontera del margen
y me entran ganas de reírme.

La locura que me rodea
me intoxica y me dopa,
entrando por mi alma
y saliendo por mi boca.

Yo me amo y me nombro,
y me asombro del silencio,
por el eco de mi ego, formado
al decir, soy Cefu, vuestro maestro.

Y, ¿ya oleis mi aroma,
maromas?
Esta noche, de escaparse de mi,
se libra alguna,
y ocupa mi cuna
alumbrando la luna
con mi compañía,
mi saliva, mi alegría.

Tú eras la elegida,
el destino lo decía.
Te miraba, sonreías,
¡y se te veían la braguillas!

Alegría

El amor que le tengo a la poesía
me produce ansia por poseerla
y mejoro mi profesión
saboreando cada renglón.

Nadie me quita lo mío,
vivo tranquilo entre muertos
y camino sin ser visto.

Hablando se da el intercambio,
de sensación en sensación,
de cada sensación;
clavando cada matiz,
mis versos, por tu oreja,
como por la nariz,
una ralla de coca,
te agarran de la mano,
y te acompañan al paraíso.

Pero aún sintiendo adicción,
si es por mis poemas,
no hay ningún problema:
aún no valgo dinero
y nutro tu cabeza
cual zumo de naranja
o plato de lentejas.

Propinas no rechazo,
mi querida fan Violeta:
tengo cariño para rato,
por supuesto, follando,
pero, si es paseando,
también es buena idea.

Mi verborrea nubla tus fatigas
y mi presencia te aporta energía,
pues de las ganas que destilo,
de exprimir el día y las rimas,
en cada momento, susurro poesías,
que son mis paradas de repostar
e inyectar la gasolina.

4.8.11

Hola compañera

Hola, compañera,
cuanto tiempo hace
desde la última velada,

espero que estés
orgullosa de mi ascenso,
pues el dominio
que he adquirido

complace en vena:
chute cerebral caliente
de aguja contaminada;
produce escarmientos,
como en la arena,
una batalla;
y cualifica,
cual doctorado
en Inglaterra.

Mi único problema
ya no es
ni madrugar,
ni preocuparme;

solo los mosquitos,
dentro de mi cabeza.

La velocidad de mis dedos
supera al jaguar,
y al Fernando Alonso,
y las rimas,
sacadas del sobaco,
retuercen tus raíces
de pajillero nato.

La dureza adquirida
por las desdichas
me elevan a la altura
del trono de madera
del templo,
y produzco chubascos,
rayos y relámpagos,
que caen precisamente
en el centro de tu alma.

Mi cargo de Supremo
ante el bolígrafo
y mis compañeros,
segregamos generosidad,
amor y paz;

y eso produce energía
dentro de mi autoestima.
Luego cargo el lanzallamas
y propago el pánico
y la envidia.

Pero yo sólo dedico
mi tiempo al camino,
y mi cuentapasos
es exagerado,

pero la longitud
del destino
nunca ha sido
bastante
como la de mi gusto.

Disfrutaré del culín
que le queda al veranito
emplazao en el hedonismo,
pero posteriormente
zarparé a los mares
y a los montes.