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4.8.11

Hola compañera

Hola, compañera,
cuanto tiempo hace
desde la última velada,

espero que estés
orgullosa de mi ascenso,
pues el dominio
que he adquirido

complace en vena:
chute cerebral caliente
de aguja contaminada;
produce escarmientos,
como en la arena,
una batalla;
y cualifica,
cual doctorado
en Inglaterra.

Mi único problema
ya no es
ni madrugar,
ni preocuparme;

solo los mosquitos,
dentro de mi cabeza.

La velocidad de mis dedos
supera al jaguar,
y al Fernando Alonso,
y las rimas,
sacadas del sobaco,
retuercen tus raíces
de pajillero nato.

La dureza adquirida
por las desdichas
me elevan a la altura
del trono de madera
del templo,
y produzco chubascos,
rayos y relámpagos,
que caen precisamente
en el centro de tu alma.

Mi cargo de Supremo
ante el bolígrafo
y mis compañeros,
segregamos generosidad,
amor y paz;

y eso produce energía
dentro de mi autoestima.
Luego cargo el lanzallamas
y propago el pánico
y la envidia.

Pero yo sólo dedico
mi tiempo al camino,
y mi cuentapasos
es exagerado,

pero la longitud
del destino
nunca ha sido
bastante
como la de mi gusto.

Disfrutaré del culín
que le queda al veranito
emplazao en el hedonismo,
pero posteriormente
zarparé a los mares
y a los montes.

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