Visitas

8.8.11

Alegría

El amor que le tengo a la poesía
me produce ansia por poseerla
y mejoro mi profesión
saboreando cada renglón.

Nadie me quita lo mío,
vivo tranquilo entre muertos
y camino sin ser visto.

Hablando se da el intercambio,
de sensación en sensación,
de cada sensación;
clavando cada matiz,
mis versos, por tu oreja,
como por la nariz,
una ralla de coca,
te agarran de la mano,
y te acompañan al paraíso.

Pero aún sintiendo adicción,
si es por mis poemas,
no hay ningún problema:
aún no valgo dinero
y nutro tu cabeza
cual zumo de naranja
o plato de lentejas.

Propinas no rechazo,
mi querida fan Violeta:
tengo cariño para rato,
por supuesto, follando,
pero, si es paseando,
también es buena idea.

Mi verborrea nubla tus fatigas
y mi presencia te aporta energía,
pues de las ganas que destilo,
de exprimir el día y las rimas,
en cada momento, susurro poesías,
que son mis paradas de repostar
e inyectar la gasolina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario