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29.9.11

Infinitísmo; Vida mortal


Cinco minutos para llegar a la muerte,
todo me distrae y me apetece.
Segundos son: grandes mármoles
de lápidas de muerte,

pesados como agujas en el alma,
y de cada sitio, tus fantasmas,
enaltecidos brotan, cual volcán,
cada vez que pasan.

A los cuatro, explosiones;
y malas y rápidas
son las conclusiones
que de mi agobiado cerebro
salen.

Más relajado es el tercero,
siendo mi mar resignación,
tu balsa de agujeros, religión,
descendencia, paz u odio,
la lluvia, mi camisa, y tu pez,
de tu saber, el cuchillo
que ves, con que el raíl anclas
por donde caerá mi guillotina,
al borde del precipicio.

Pero llega el segundo
y la suerte no ha cambiado:
no le ha dado tiempo.
Este es el más rápido:
de esperar te has cansado,
y quieres que forme parte
del minuto cero.

De escapar no te has cansado
y tus músculos cinéticos putrefactos
y tus músculos neuróticos obstruidos
por el, de la muerte, tremendo agobio,
se han clavado en el exasperado
acto de, sin sentido, salvación.

Porque solo falta un minuto,
y todavía falta un minuto,
para que se cierne la oscuridad
de la ausencia de tu existencia,
y es el más largo de todos:

el amo; y dura una vida
larga, dura y aburrida,
pero ten mucho cuidado
con lo entretenido y corto,
que es el amo, la vida.

El del Amo, mi hijo.
-Agárrate al listón, Pepón-,
antes del minuto cero,
y aprovéchalo, cariño,
que sin ti me muero.

Vacío


No se me ocurre nada.
Seguir leyendo es una cagada
y seguir escribiendo
es un ejercicio de suicidio
o de superación en mí mismo
en mi habilidad para perder minutos.

Ni ira, ni tiempo,
ni alegría, ni paz,
solo este intenso aburrimiento
y sin ningún punto de apoyo.

Me rasco los huevos.
No sé ni donde miro
pero aquí sigo postrado
detrás de mi soso teclado
y orgulloso de mi pasotismo;

retozando de pasión,
por mi amor al extremo descanso.
Me masturbo de vez en cuando,
o me fumo un cigarro
pero no me levanto en ningún momento:

piernas ahora no tengo.
Y con un diez por ciento
de mi total concentración
destilo de mí la esencia del perezoso
y me caso con él de vez en cuando.

Solamente por otra me divorcio,
o por acabar este demoníaco
tipo de verso cíclico e infinito.

21.9.11

Ser humano

Hablo de humanidad:
de la superficie plagada
y de sus características.

Primero de la infección
y luego del ser humano.

La raza de mayor número,
apogeo, y control;
después de cómo es,
tras desprenderse
de su pelaje.

Empezó a maquinar
y construyo un sendero hacia el desastre
con las grandes frentes repletas de mugre
y un buen peinado, llevan a su estómago
todo lo aprovechable sin dejar rastro:
ni migaja alguna.

Todos y cada uno al mismo tiempo;
dejando el globo
seco y exprimido,
como mil campos de golf
en cada cerebro.

Debemos dar paso
al total exterminio
de cualquier ser humano
que sirva de despojo,
en este caso
no se libra ni uno,
ni dios personificado.

Ni los milagros compensarían
todas las fechorías malas
a lo largo de la historia.

Cielos grises
me entristecen,
pero a mi escritor,
les enfurecen.

El nivel de poder
y capacidad de daño
depende únicamente
de mi trabajo.

Los seres humanos
somos nuestros enemigos:
cualquier ser vivo
lucha por estarlo,
pero nosotros
ansiamos merecimientos
que no nos ganamos.

Si tú no tienes consentimiento
de emplazamiento al globo terráqueo:
si encajas en mi descripción,
quedas desterrado
de esta dimensión.

Estático


Ya estoy aquí.
Todo está así.
En la mierda,
como una mierda.

Como supuse,
tres días después
de lo acordado.
Como siempre,
tres días después,
y sigo siendo
el mismo de ayer:

mierda dolorida
consumida cual cigarro
entre los dedos de la mano
de un cadáver aún cálido.

Músculos putrefactos,
huesos agrietados
por la escarcha tóxica
que seca el son del latido,
proveniente de mi corazón,
al que le falta algún tornillo,
cada vez que sale el sol.

Como a mi cordura:
indefinida e infinita,
masa de gas mezclada
con aire y tubos de escape;
manchada pero intachable:
eso es lo que me cualifica.

Anciano jovenzuelo


Todavía tengo espinillas.
Yo no me explico
por que ya sé mi sino:
plantar esquejes y semillas,
y pasar los días lidiando
con el día a día.

Rociando la estela amarilla
de ritmo y armonía,
polinizando las que ya
estaban florecidas,
las flores, y detrás de mí
olor a condimento de la vida,
dejar.

Pero el camino es largo
y a través de las espinas
de la antropoestulticia,
y me estoy desenganchando:

me estoy centrando, preparando,
para la invasión, de vuestro
cerebro, con mi don eléctrico,
que ansío contagiar de versos,
desde mi escritorio;

que es una mesilla con espinas
que pinchan mis espinillas:

Lo que abre la cerradura
de mi jaula de amargura,
es mi fea llave esférica,
pero las otras, las bonitas,
me abren los espacios
donde organizo el complot:

útiles son mis compañeros,
paz, amor, tranquilidad,
los folios y la pluma,
para este anciano jovenzuelo.

Mis intenciones son retorcidas,
ni te imaginas las ganas
de restregar en mi mierda
vuestras papilas gustativas

para que os enganchéis de mí,
de mi ira, de mis rimas,
de la armonía que existe
entre el ritmo de mi alma
y el de la poesía:

Mis poemas,
mi cáliz de cerveza,
tirada con el grifo
de la vena de mi yugular,
y mi bellota grasienta,
que de mi carne está sacada,
son los ingredientes
de cada última cena.

Yo soy el mesías
de esta generación.
El tiempo va pasando
y de la tierra surjo yo.

Apocalíptico blasfemo,
esquizofrénico escritor,
apoteósico conjugador
de los versos del hip hop,
soy yo.

De las vías,
por donde el ave
que fugaz cruza las nubes
hasta llegar al sol,
para traerte en picado
la rama de olivo,
soy tu mago y tu conductor,

y convierto tu asco al aburrimiento
en unos cascos, o en un buen altavoz
desde tu bolsillo:
así de manipulador soy yo.

Me refiero a que el hip hop
forma parte de mi ego,
que ni yo sé hasta donde llego
en el baremo de espesor
de mi retórica y pasión

De puntillas, sobre espinas,
me quitó las espinillas,
la oportunidad tan clara
de que mis dedos bailaran
con el bolígrafo, de que mis labios
y el lenguaje castellano, al contacto,
detonaran lo que lanzo.

El plasmo del lienzo rapero
logro, mirándome al espejo.

Pendiente en pender del péndulo,
tu pupila, estoy, y pensando
en ponerle más magia, también.
Quizás fuegos artificiales
o bombas nucleares.

7.9.11

Motivo


As de sentir el deseo
de sacar de dentro
esa espina de acero
que se dibuja en papel
con forma de emoción.

Yo, por ejemplo
pienso que es certero
que será interesante
escribir unos versos
antes del anochecer,
después, un ciego
como el de esta noche,
y, al volver, completarlo,
viendo el ascenso
de mis conocimientos.

Por que a cada segundo
lo exprimo como último,
siendo alimento el medio
y la vida en cada cuerpo.

Dos platos fuertes, que el humano
hizo, que dejaran de fluir y coordinarse,
provocando egoísmo y sufrimiento.