Felicidad es tu contorno labial:
mis fauces lloran.
Nutre, tu humedad bucal:
tengo la boca seca,
sedienta de cinética;
y el vals que hace tu lengua
me distrae de tu verborrea;
es una buena escusa.
Tus labios son una pocilga:
deja que mi bigote barra,
me afeito y a patinar.
No mordisquees tu boca
con esa sensualidad
si no quieres que me la coma.
Si quieres, digerida
está ya tu sonrisa en mi barriga.
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